La discapacidad visual es un tipo de impedimento sensorial que afecta al sentido de la vista. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay al menos 2200 millones de personas con algún grado de discapacidad visual en el mundo. La discapacidad visual puede ser causada por diferentes factores, como enfermedades oculares, lesiones, errores de refracción no corregidos o presbicia.
La discapacidad visual se clasifica según el grado de pérdida de visión, que se mide por la agudeza visual (la capacidad de distinguir las formas de los objetos a cierta distancia) y el campo visual (el ángulo que el ojo es capaz de ver). La Clasificación Internacional de Enfermedades 11 (2018) categoriza el deterioro de la visión en dos grupos: deterioro de la visión cercana y de la visión distante. Dentro de cada grupo, hay diferentes niveles de severidad:
Deterioro de la visión distante:
Leve: agudeza visual inferior a 6/12 o igual o superior a 6/18
Moderado: agudeza visual inferior a 6/18 o igual o superior a 6/60
Grave: agudeza visual inferior a 6/60 o igual o superior a 3/60
Ceguera: agudeza visual inferior a 3/60
Deterioro de la visión cercana:
Agudeza visual cercana inferior a N6 o M.08 a 40 cm
Además, dependiendo de las condiciones concretas de la visión, la discapacidad visual puede clasificarse también de la siguiente manera:
Agudeza visual pobre y campo visual completo
Agudeza visual moderada y campo de visión reducido
Agudeza visual moderada y pérdida grave del campo visual
El tratamiento de la discapacidad visual depende de la causa y el grado de la misma. Algunas formas pueden prevenirse o corregirse con métodos convencionales, como gafas, lentes de contacto, medicamentos o cirugía. Otras formas pueden requerir rehabilitación, productos de apoyo o adaptaciones ambientales para mejorar la calidad de vida y la autonomía de las personas afectadas.
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